miércoles, 20 de enero de 2010

Capítulo 17: Extrañando a Víctor

Posted on 6:32 by Jorge

Incolora, inodora e insabora, el agua que se acumula bajo mi mejilla se toma un tiempo para despertarme de este letargo, una rápida ojeada choca con la inmediatez de los mosaicos negros del baño, giro el cuerpo para recostarme boca arriba y pasar insistentemente la mano sobre mi rostro en un intento por desperezarme. Pareciera que me desmayé, no sé, apenas si recuerdo mientras intento encontrar un golpe o una herida, parece que no, parece que he tenido la estúpida suerte de tantas otras veces. No comí más que unas tostadas con Clara, seguramente es eso, no debería imitar a los cosacos con el estómago vacío, lo sé, lo sé, sólo que siempre hago todo lo contrario.
Levantate, Marcos, y busca un piringundín dónde comer algo aunque no tengas demasiadas ganas. Bueno, Marcos, primero vestite que en bolas y sin guita no creo que consigas nada… Tengo que comprar algo de ropa, la pilcha ya apesta. ¿Qué día es hoy? ¿Viernes? Bueno, tendré que ir al shopping… Un taxi es lo menos complicado, viernes y en esta zona, abundan, pero el problema está en dónde ir. “Entre Ríos y Pellegrini”, tiento confiando que por allí habrá algo abierto para comer. La memoria, por una vez, no yerra y “La maltería” sigue en el mismo lugar y con los mismos horarios, por no hablar de esa extraña fauna que pulula por la bizarra elegancia de Avenida Pellegrini. Merodeadores de la noche, seres a trasmano capaces de almorzar a las tres de la mañana, jóvenes que pavonean entre cataratas de cerveza para no aceptar que lo suyo es poco menos que un simple, arcaico e ineludible ritual de apareamiento. El ajustado jean de la moza se interpone en mi vista.
- ¿Carta…?
- Hmmm… ¿Lomito completo, tenés…? Traeme uno y… ¿Vinos de un tercio, qué tenés…? ¿Cuesta… Norton…?
- Norton.
- ¿Un malbec…? Común…
- ¿Hielo… Soda…?
- No, puro, puro… Mejor, sí, traeme hielo… Estoy medio, medio del hígado…
“Lindo culo” murmuro cuando se marcha para realizar el pedido. Descubro que casi no estoy tomando vino mientras palpo el tubo intacto de “Cuesta del Madero” en mi gabardina, bueno, parece que la ginebra ha tomado un lugar más predominante en este leve problemita que tengo con la bebida… ¿Alcoholismo? No, por favor, sólo un desmesurado nivel de ingesta alcohólica, pura angustia oral que le dicen… La música sigue en el mismo volumen insoportable de cuando veníamos con… En fin, cuando venía “con” y punto, tampoco es que a mí me moleste demasiado, puedo comer en cualquier condición, en cualquier lugar y casi cualquier cosa, un efecto secundario de haber viajado como mochilero. Cuando estás en medio de la nada, cagado de hambre y hasta bosta de vaca utilizas para hacer el fuego donde calentar la comida, ciertamente, después resulta bastante difícil que te preocupe demasiado la higiene culinaria.
- Gracias…
Sonrió… ¿Sonrió? No fue una sonrisa, más una mueca, sí, un acto inconciente, una exteriorización de una idea más íntima. Sí… ¿Le tiramos los perros, Marcos? No, no hay cosa más banal, pelotuda e inútil que tirarle los galgos a una moza, apenas esta un grado de pelotudez más debajo que intentar conquistar a una copera. Obvio que te va a responder a las insinuaciones, todo para venderte más y más alcohol, tanto que cuando la mina sale de laburar, cinco o seis horas después, por más que tuviese ganas de corresponderte, ya no le servís ni de mierda de tan borracho que estás… No, Marcos, no hagas pelotudeces, tomá un poco de vino y espera que te traigan el lomito. Pero, un poquito de ganas, un cachitito como que tengo. No rompamos, Marcos, no rompamos… ¿Te acordás la última, Marquitos? Sí, me puse muy pero muy en pedo, dale que dale al chamullo, todo bien, la piba buena onda, más que bien, hasta… Qué llegó el novio con la motito, le partiste una silla en la cabeza, le cagaste a patadas la moto, que, por cierto, quedo hecha pelota y… Si no era por Alejandro no salía más, igual, decí que me agarraron, porque le iba a partir la cresta al puto del sumariante… No, mejor no.
- Gracias… Y andá cobrandote, bonita…
Sí… Sonrisita, vamos, Marcos, vamos… ¡Pero qué reverendo hijo de puta! Tenés menos palabra que mudo, Marcos… ¿Estamos hablando sólo? ¿De nuevo…? Pero es para adentro, mientras no sea en voz alta no cuenta como oficialmente loco, igual, tendrías que dejar de hacer caritas, Marcos, fijate las minitas de esa mesa como te están mirando, se te están cagando de risa, pedazo de sacado, relajate, tomate un trago y entrale al lomito… ¿Querés? Pero… ¿Estás seguro que se me cagan de risa? Viste, que de alguna manera, siempre les cabe cuando ven uno que está hecho mierda, digo… ¿No? Sí, sí, mejor le doy al diente y me dejo de romper los huevos.
Para variar le falta sal a las fritas. ¿Todos los cocineros tendrán presión alta o qué mierda? Estoy sano manga de putos, no tengo hígado, pero si quiero comida de enfermo me interno y… Sí, hay tres o cuatro neurosiquiátricos que se ofrecerían con gusto. ¿Che, la pendeja esa encara para acá? ¿Cuál? ¿Las que se estaban riendo, boludo? Capaz que va al baño, vos hacete que estás en otro y no des bola. No, boludo, viene para acá, está viniendo para acá, yo te dije, te dije que venía por otro lado… Sí, sí, me dijiste, pero… Te señalo, un detallecito, una cosita menor, sin importancia… ¿Qué? Seguimos hablando sólo.
- ¿Usted es…?
- El plomero, sí, también trabajo de gasista
¿Soy un pelotudo? Sí, soy un pelotudo. No pienso contradecirte, Marcos, pero se rió, por alguna puta razón, se rió.
- ¿Marcos Sarría?
- El mismo que viste y calza…
Sobre todo, calza, calza una tarasca de diecisiete centímetros que dentro de… ¿Una hora? Te va a estar entrando y saliendo del orto. No sea animal, que capaz es una de esas frígidas que nada más le gusta la literatura, na’ más... ¿Marcos? A todas esas te las terminás garchando, siempre… No, siempre no, algunas no… ¿Cuáles…? Las feas, las feas… Las feas también, gordas, rengas, bizcas… Es como un sacerdocio que tenés.
- ¿Vos…?
- Andrea… Estudio letras…
¡Eureka! ‘Ta noche, mete y ponga, mete y ponga…Eh… No me cojo a todos los estudiantes de letras que se me acercan… Sí, a los tipos, todavía no, todavía… Bue’, por lo menos no es bizca… Ni renga… Ni gorda… Ni fea, no es tampoco la… Pero, está para darle, Marcos, está.
- Sí, me encanta la literatura contemporánea.
¿De qué mierda le estaré hablando…? No sé, yo ví… ¿Viste? Cuando dijo “me encanta”, como que cambió el énfasis… ¿Viste…? Sí, lo dijo como más fuerte… ¿Y viste la cara de petera que puso…? Sí, ví.
- Lo tuyo todo…
El mismo énfasis petero, cuando dijo “todo”.
- …Me encanta Henao
Y la cago, la cago… Lo nombro al viejo puto ese y… No se me va a parar ahora, no se me va a parar… Sí, se te para… No, es como que se me aparece y… Se te para igual, hijo de puta, se te para, lo único bueno que tenés es que se te para siempre… Sí…
- ¿Henao?
No la cagues, no la cagues…
- ¿Henao…?
- Sí, tiene un toque mágico…
Fijate la cara de petera que puso y trata de no cagarla.
- No… No… No me gusta, es… Muy falso.
- Ay… No sé, yo lo ví, el año pasado, en una presentación… Y fue muy amable…
Mirala como se justifica… No seas hijo de puta, mirá como le repingan las tetitas cuando se encoje de hombros. No seas., no seas…
- Es…. Bah… Se hace, pero no me cae…
- ¿Por…?
Y dale, ya largaste, ya estás estas tirando brazadas a los costados y lanzando un montón de monosílabos e interjecciones. “Eh… Sí… Qué… Hmmm…. O…. Je…” Ni lo intentés, ni vos tenés la más puta idea de porque te cae mal…
- Es de Munro, dice que es portugués, y se crió en Munro. Conozco gente que fue a la escuela con él… Es de Munro, es un “portugués” nacido en Munro, es trucho…
- ¿En serio…?
Te lo inventaste recién, hijo de puta.
- Además es puto…
- ¿Es homosexual?
- Bah… Creo… Creo que es puto.
- No parece, una figura tan paternal…
- Pa’ mí es puto.
- ¿Por…?
- ¿Te tiró los perros?
- Eh…
- Es puto, es puto… Un heterosexual… Bue’…
- ¿Y… Usted?
- Apenas termine de comer, apenas… Te voy a tirar los perros, cuatro gatos siameses, cinco ñandúes, tres caballos y un elefante que dejé en la puerta.
Sonrisa, dulce y complaciente sonrisa.

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