sábado, 26 de diciembre de 2009
Ben Johnson
Posted on 2:54 by Jorge
Ben deambula cerca del baño, está atento a cualquiera que se vaya a fumar un canuto para pegarle la manga, los ojos se le iluminan cuando ve a Ricardito tambalearse, como siempre, hasta allí.
- ¡¡¡Ricky…!!!
- … – sabemos que la capacidad de Ricky está severamente disminuida
- ‘Tá pa’ clavarse un porrito… ¿No?
- …
Negro, pelado y grandote, Ben Johnson es casi idéntico al velocista canadiense desclasificado en los Juegos de Seúl por no pasar el antidoping, decididamente el que puso el apodo tenía una capacidad de observación más que notable, aunque, el apodo, en fin, no fuera precisamente por el parecido físico.
Ben espera pacientemente que Ricardito elabore una respuesta, lo cual, un día como hoy, podría tardar al menos otros 20 ó 25 minutos. Sin atender demasiado a la situación pasamos con Amargura y hacemos una seña inconfundible con índice y pulgar unidos en un tránsito histérico hasta los labios.
- ¿Te prendés, Ben? – dice Amargura que en este momento sigue siendo amargo aunque en menos de un año, el 28 de diciembre, Racing va a salir campeón azucarando un poco su triste vida de hincha académico.
La predisposición de Ben es notoria, como siempre, y se une a nosotros con la misma velocidad que le valió el apodo cuando una noche de 1994 rompió todas las plusmarcas de velocidad, al transitar la distancia desde el estadio cubierto de Ñuls hasta Zeballos y Pueyrredón en el tiempo cronometrado de 9 segundos y 12 centésimas, mientras una abundante descarga de balas de goma nos disuadían de que no podríamos forzar tan fácilmente la entrada a ese recital de Divididos.
Ya en la lejanía oímos la voz de Ricky…
- Uhhh… Flaaa… ‘Taría… ¿Tenés? - le señala al vacío que ha quedado en lugar de Ben.
- ¡¡¡Ricky…!!!
- … – sabemos que la capacidad de Ricky está severamente disminuida
- ‘Tá pa’ clavarse un porrito… ¿No?
- …
Negro, pelado y grandote, Ben Johnson es casi idéntico al velocista canadiense desclasificado en los Juegos de Seúl por no pasar el antidoping, decididamente el que puso el apodo tenía una capacidad de observación más que notable, aunque, el apodo, en fin, no fuera precisamente por el parecido físico.
Ben espera pacientemente que Ricardito elabore una respuesta, lo cual, un día como hoy, podría tardar al menos otros 20 ó 25 minutos. Sin atender demasiado a la situación pasamos con Amargura y hacemos una seña inconfundible con índice y pulgar unidos en un tránsito histérico hasta los labios.
- ¿Te prendés, Ben? – dice Amargura que en este momento sigue siendo amargo aunque en menos de un año, el 28 de diciembre, Racing va a salir campeón azucarando un poco su triste vida de hincha académico.
La predisposición de Ben es notoria, como siempre, y se une a nosotros con la misma velocidad que le valió el apodo cuando una noche de 1994 rompió todas las plusmarcas de velocidad, al transitar la distancia desde el estadio cubierto de Ñuls hasta Zeballos y Pueyrredón en el tiempo cronometrado de 9 segundos y 12 centésimas, mientras una abundante descarga de balas de goma nos disuadían de que no podríamos forzar tan fácilmente la entrada a ese recital de Divididos.
Ya en la lejanía oímos la voz de Ricky…
- Uhhh… Flaaa… ‘Taría… ¿Tenés? - le señala al vacío que ha quedado en lugar de Ben.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No Response to "Ben Johnson"
Publicar un comentario